Cuando tiene lugar una catástrofe como un
terremoto o un tsunami afectando y empobreciendo a mucha gente, muy pronto se
establecen campañas para ayudarla. Artistas crean canciones para dar los
beneficios a las poblaciones, organizaciones humanitarias o gobiernos nos piden
hacer donaciones y durante unos días los telediarios empiezan su edición por
relatar las últimas cifras de personas muertas, heridas o que se quedan sin
techo. Pero, ¿para qué sirve? ¿Qué yo ayuda a financiar? Y ¿cuáles son las
primeras cosas que el sector humanitario hace?
Les voy a hablar del trabajo de “terreno” de
organizaciones en tales ocasiones y explicarles que hacen con el dinero que les
enviamos. Además, el tema del tifón es de actualidad y como mi blog se interesa
por el derecho a la salud, voy a intentar hacer hincapié sobre las medidas que
se toman para garantizar el derecho a la salud a pesar de la catástrofe.
El último 8 de
noviembre, un tifón devastó las Filipinas. Los vientos cuya velocidad superó
los 300 km/h mataron a más
de 5000 personas, hirieron a 18 000 personas y causaron la desaparición de unos
otros 1100. Muchas organizaciones e instancias intervinieron para ayudar a la
población: el gobierno filipino, la OMS, la ONU, la ACNUR*(Agencia de la ONU para los Refugiados), la UNICEF, la cruz roja internacional así
como otros varios organismos locales,… son numerosos pero es porque han decidido
agruparse para formar parte de lo que llaman una respuesta inter-agencial
ante el tifón.
*Podemos
preguntarnos porque la ACNUR ha intervenido en Filipinas, Antonio Guterres, el
Alto Comisionado de la ONU responde: “Aunque el trabajo de ACNUR generalmente
se centra en situaciones relacionadas con conflictos, la naturaleza excepcional
de esta trágica situación requiere de todos los esfuerzos posibles para lograr
ayudar a las personas que lo necesitan, y vamos a aportar nuestra contribución
en la respuesta común para asistir a los afectados”.
¿Qué hay que hacer inmediatamente?
1) Enviar material sanitario y recursos
vitales
La OMS está colaborando con el gobierno
filipino para que se reparta equitativa y rápidamente el material en los
lugares donde los centros sanitarios son más afectados. Es una tarea muy compleja
porque hay que trabajar 24 horas al día para gestionar el material de socorro
enviados por unas 30 organizaciones humanitarias internacionales especializadas
en la salud. La OMS ha concentrado su trabajo sobre el envío de suministros
médicos y la instalación de hospitales de campaña. Esos han sido establecidos donde los hospitales locales hayan sido destruidos. Son completamente
autosuficientes porque traen consigo su propia comida, agua, electricidad,
suministros médicos y personal. Otro aspecto que no hay que negar es que la
cantidad de agua potable y condiciones salubres se ven afectadas y
disminuidas -lo que resulta en 3000 casos de diarrea aguda. Por esa razón, la
OMS trabaja con otras organizaciones para que se suministre de manera urgente
pastillas para potabilizar el agua.
La ACNUR ha enviado materiales de asistencia humanitaria de emergencia.
Se trata de paquetes de protección y materiales higiénicos compuestos por
mantas, mosquiteras, jabonas o ropa interior. La ACNUR también ha distribuido
50.000 linternas solares para intentar disminuir el riesgo de violencia durante
la noche y reforzar la protección de familias que se quedan sin hogares.
2) Curar a la gente: necesidades urgentes y
habituales
En tales situaciones, las
necesidades sanitarias son tremendas. En primer lugar, hay que curar las
heridas físicas así como los traumatismos de la población. Pero no solo, de
hecho hay que ocuparse de las necesidades “habituales” como las personas que
sufren la diabetes o incluso los partos. Por ejemplo, se estima que durante el
mes de noviembre hayan nacido más o menos 12 000 niños en las zonas afectadas. En
secundo lugar, las organizaciones y los gobiernos deben ser muy vigilantes a
que no se propaguen enfermedades infecciosas susceptibles de empeorar los
problemas sanitarios.
3)
Prevención y campaña de vacunación
Hay que
organizar campañas de vacunación en masa. En el reciente caso del tifón Yolanda
en Filipinas, se trata principalmente de vacunar a los niños menores de 5 años
(más o menos 30 000) contra el sarampión y la poliomielitis así como darles
suplementos de vitamina A para aumentar su inmunidad contra las infecciones. Además
otra mayor preocupación de tales campañas de masa es garantizar que no se rompa
la cadena del frío durante el transporte de las vacunas con riesgo de agravar
aún más la situación Durante esas campañas, el personal sanitario también
aprovecha del encuentro con los niños para medir su perímetro braquial, es
decir el grosor de su antebrazo, de manera a determinar si son desnutridos o
no. Si es el caso, les dan un tratamiento.
En
conclusión, su dinero sirve para financiar todo eso es decir el envío de
material, campañas de vacunación, fabricación y distribución de pastillas para
potabilizar agua, … Las organizaciones oficiales, como la OMS, tienen que
centralizar el dinero, el material y la comida y después asegurarse que su
repartición sea equitativa. Por ejemplo, en el caso de Haití en 2010 se ha
estimado que la distribución de la ayuda no había sido muy justa y que varias
zonas muy afectadas no habían sido ayudadas como se esperaba. Una de la
explicación es que la ayuda había llegado en masa y de manera muy rápida por lo
que las personas en Haití no lograron gestionarla de manera eficaz.
Fuentes:
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