La prensa española en los
últimos años del franquismo (1966-1975)
1.
Introducción
En
España, a partir de 1936 la dictadura del General Franco impuso sus valores al
pueblo. Sin embargo, a partir de los años sesenta, el deseo de acceder a una
democracia se hizo sentir cada vez más. En el camino hacia la Transición, la
prensa desempeñó un papel primordial; de hecho contribuyó al surgimiento de una
opinión pública favorable al cambio de modelo político. Pero, si el
Generalísimo controlaba la vida política o económica, controlaba también la
prensa que a su modo de ver era el “cuarto poder” (el Movimiento, los
sindicatos nacionales y la policía política siendo los tres primeros). Los
ámbitos del presente trabajo consisten entonces en explicar la situación de la
prensa española a partir de 1966 hasta 1975 al mencionar las diferentes leyes
que la rigieron así como presentar cuatro periódicos, muy diferentes el uno del
otro, con vistas a ofrecer una breve representación de aquel paisaje periodístico.
Acabaremos con el concepto de parlamento de
papel que constituyó la prensa española en aquella época.
2.
Normas y regulaciones de la prensa durante el
franquismo
Dos
leyes rigiendo la prensa fueron adoptadas durante el franquismo, una en 1938 y otra
en 1966. En unas palabras, la primera de las dos fue creada en plena Guerra
Civil y promulgada por el entonces ministro de Interior, Ramón Serrano Suñer.
Aquella Ley imponía un férreo control sobre los medios escritos así como la
colaboración de la prensa con el Movimiento Nacional por medio de consignas.
Entonces el gobierno controlaba el número y extensión de las publicaciones,
designaba el personal editorial y creyó el Registro Oficial de Periodistas o el
ministerio de Información y Turismo (1951), encargados respectivamente de
comprobar la moralidad de los periodistas y de controlar la prensa, la censura
y la radio. La Ley establecía una censura dicha “previa”: cada artículo que
desprestigiaba la Nación era castigado en función del delito cometido (supresión de un cierto número
de páginas, suspensión del periódico, etc.), antes de su publicación.
·
Ley de Prensa e Imprenta de 1966 o Ley Fraga
Tras una
fuerte oposición en cuanto a las reglas demasiadas estrictas, otra ley, “más
moderna”, fue adoptada. Con el gran desarrollismo de la época, la opinión
española adoptó una visión cada vez más crítica hacia el sistema. Por esa
razón, se modificó la ley relativa a la prensa de manera a demostrar una
adaptación con la nueva sociedad. Manuel Fraga Iribarne, el entonces ministro de Información y Turismo, inició
el proyecto. La novedad primordial de tal ley residió en la abolición de la
censura previa y de las consignas a favor de un sistema de autocensura de los
órganos por medio del refuerzo de la responsabilidad civil y penal de los
redactores. Pero, por supuesto, las críticas abiertas al régimen todavía eran
prohibidas. A partir de 1966, si uno publicaba un artículo contrario a las
normas periodísticas, tenía que pagar multas o veía su publicación suspendida.
En cuanto a otras novedades, cabe mencionar la creación del Instituto Oficial
del Periodista encargado de regular el acceso a la profesión a través de la
comprobación de la ética y de la fidelidad del candidato al régimen; o la posibilidad
de nombrar libremente a un director a la cabeza de un periódico.
A pesar de
reivindicar mayores diferencias con la previa ley, al final no se daba la
libertad de prensa. Todavía no se podía publicar o aún hacer alusión a
opiniones opuestas al poder. Sin
embargo, gracias a la Ley de 1966 aumentó la posibilidad de expresarse para la
oposición.
3.
Breve descripción del paisaje periodístico
durante el fin del franquismo: Cuatro
ejemplos para ilustrar la prensa de la época
Frente a tantas normas, cabe preguntarse qué tipo de revistas o periódicos
componían la prensa española en la época. Sin embargo, la censura todavía era
muy presente y casi la totalidad de la prensa, a parte de los periódicos
franquistas o católicos, sufrió restricciones de páginas, multas o
suspensiones. Habrá que esperar la muerte de Franco para una prensa aún más
liberada. En esta parte, vamos a presentar cuatro periódicos de ideología
diversa , publicados legalmente o no, durante el periodo 1966-1975.
·
Periódico que desempeñó un papel durante la
Transición: Cambio 16
Cambio 16 es probablemente la revista que más desempeñó un papel
durante el fin del régimen de Franco y la Transición. Además de su verdadero
deseo de invitar a los españoles a tener un debate sobre la situación, el
semanario también innovó con su estilo muy moderno. La revista fue editada por
el Grupo 16 en 1971 y su primer editor fue Juan Tomás de Salas. Al principio, Cambio 16 quería abordar temas
socioeconómicos pero muy temprano se convirtió en la gran revista política de
la Transición. La revista deseaba adoptar un tono periodístico muy singular y se
inspiró del estilo anglosajón (The
Economist,…). Los temas principales en Cambio
16 eran los siguientes: crítica de la política económica; incitación a adoptar
los procesos electorales de las democracias europeas; petición por la amnistía
para los presos de la Guerra Civil; etc. Salas quería que su revista se
convirtiera en “el campo de batalla contra la dictadura”. Sin embargo, Cambio 16 no sufrió tantas suspensiones o multas como
otras revistas; pero sí tuvo problemas al nombrarle “Cambio”, que daba lugar a
demasiadas interpretaciones. Por esa
razón, decidieron añadir el número 16, correspondiente a los dieciséis
fundadores. Cambio 16 conoció un éxito
rápido y se convirtió en un fenómeno periodístico singular hasta alcanzar
tiradas de medio millón de ejemplares. Otra diferencia con demás revistas
aparentemente similares es el tono periodístico combativo, pero no agresivo,
más amable y diplomático. Era un periodismo moderno que intentaba informar
sobre la actualidad española como si los periodistas fueran extranjeros de
manera a separar mejor la opinión de la información; total un periodismo más profesional
posible basado en artículos divertidos, claros y concisos.
·
Periódico antifranquista: El Papus-
crítica virulenta y humor sarcástico
El Papus fue una revista satírica y humorística semanal publicada entre
1973 y 1986, creada por Xavier de Echarri. La revista muy a menudo coqueteó con
e infringió la censura de Franco. Sufrió multas, suspensiones y aún un ataque
terrorista durante su existencia. El semanario hacía prueba de un humor muy
novedoso y duro, alimentado por dibujos amargos e informales, textos
heterogéneos y un tono directo y valiente. El
Papus tomó una posición claramente antifranquista, prodemocrática e
intransigente con la extrema derecha, que criticaba sin descanso. Los sectores
más progresistas constituían su público. Cada publicación abordaba un tema
desde diferentes puntos de vista. Al principio, se trataba esencialmente de
temas de sociedad como los jóvenes o el consumo, pero con el tiempo el hebdomadario
escogió problemáticas más concretas y sobre todo más políticas, que trató de
manera virulenta hasta ser calificado de periódico “radical”. Sin embargo, cabe
mencionar que a pesar de su crítica hacia el régimen, El Papus, que siempre echaba leña al fuego, tampoco facilitó las cosas para las autoridades democráticas
durante la Transición, que intentaban encontrar un consenso.
Periódico
pro franquista: ¡Arriba!
El periódico ¡Arriba! fue creado
por Fermín Izurdiaga en 1936, en plena Guerra Civil. Era de ideología
franquista y representaba el órgano periodístico de la Falange y del Movimiento
Nacional; entonces tenía que ser el divulgador del nacionalsindicalismo de la
época. Su nombre fue inspirado del lema falangista ¡Arriba España! En la primera publicación del periódico se podía
leer las siguientes frases que dejaban ningunas dudas en cuanto a su
orientación política: “¡Camarada! Tienes obligación de perseguir al judaísmo, a
la masonería, al marxismo y al separatismo. Destruye y quema sus periódicos,
sus libros, sus revistas, sus propagandas. ¡Camarada! ¡Por Dios y por la
Patria!”. Después de la Guerra y a lo largo de la dictadura de Franco, el
diario seguía siendo el portavoz de las consignas falangistas y del gobierno.
Sin embargo, al principio de la década de los años setenta y con la evolución
de la situación española, el diario perdía cada vez más lectores lo que resultó
en malos ingresos económicos. Fue cerrado en junio de 1979 por el gobierno de
Adolfo Suárez.
·
Periódico
censurado: El Socialista, un ejemplo entre otros
En la prensa censurada por el franquismo y publicada ilegalmente
destacaron los periódicos oficiales de los partidos políticos cuya ideología
estaba totalmente opuesta al régimen de Franco. La publicación de tal prensa
era castigada muy severamente. Como ejemplo de estos, cabe citar El Socialista creado en 1886 por Pablo
Iglesias. Era (y todavía es) el órgano de expresión del partido político PSOE.
Por el hecho de preconizar ideologías de izquierda, la revista no fue
autorizada en la España de Franco. El periódico tuvo que ser publicado en
Francia para evitar problemas y era introducido clandestinamente en España. El
Socialista hizo su reaparición cada semana en España durante la Transición en
1977.
En la prensa censurada por el franquismo y publicada ilegalmente
destacaron los periódicos oficiales de los partidos políticos cuya ideología
estaba totalmente opuesta al régimen de Franco. La publicación de tal prensa
era castigada muy severamente. Como ejemplo de estos, cabe citar El Socialista creado en 1886 por Pablo
Iglesias. Era (y todavía es) el órgano de expresión del partido político PSOE.
Por el hecho de preconizar ideologías de izquierda, la revista no fue
autorizada en la España de Franco. El periódico tuvo que ser publicado en
Francia para evitar problemas y era introducido clandestinamente en España. El
Socialista hizo su reaparición cada semana en España durante la Transición en
1977.
Los boletines publicados por ETA o por las comisiones obreras, los folletos
estudiantiles o el Mundo Obrero
(órgano de prensa del Partido Comunista) también formaron parte de la prensa
ilegal a lo largo de la dictadura y tuvieron que contar con el contrabando para
su difusión.
4.
Conclusión: la prensa, un parlamento de papel
En conclusión, aunque la represión de Franco
prohibía muchas libertades, a partir de 1966 la prensa española logró reflejar
las diversas opiniones de los ciudadanos, fomentar el debate entre la gente así
como animarla a reclamar una democracia, o bien por publicar textos obsoletos
como en ¡Arriba!, o bien al incitar
el lector a tener su propia reflexión, como en Cambio 16. Después la muerte de Franco, los periódicos se
convirtieron en el lugar donde los aspectos políticos más controvertidos fueron
debatidos, otra prueba de la fuerte influencia de la prensa en aquella época.
Entonces, la prensa se había transformado, según la expresión, en un parlamento de papel.