dimanche 12 janvier 2014

La Prensa Española en los últimos años del Franquismo


La prensa española en los últimos años del franquismo (1966-1975)


1.     Introducción

En España, a partir de 1936 la dictadura del General Franco impuso sus valores al pueblo. Sin embargo, a partir de los años sesenta, el deseo de acceder a una democracia se hizo sentir cada vez más. En el camino hacia la Transición, la prensa desempeñó un papel primordial; de hecho contribuyó al surgimiento de una opinión pública favorable al cambio de modelo político. Pero, si el Generalísimo controlaba la vida política o económica, controlaba también la prensa que a su modo de ver era el “cuarto poder” (el Movimiento, los sindicatos nacionales y la policía política siendo los tres primeros). Los ámbitos del presente trabajo consisten entonces en explicar la situación de la prensa española a partir de 1966 hasta 1975 al mencionar las diferentes leyes que la rigieron así como presentar cuatro periódicos, muy diferentes el uno del otro, con vistas a ofrecer una breve representación de aquel paisaje periodístico. Acabaremos con el concepto de parlamento de papel que constituyó la prensa española en aquella época.


2.     Normas y regulaciones de la prensa durante el franquismo


Dos leyes rigiendo la prensa fueron adoptadas durante el franquismo, una en 1938 y otra en 1966. En unas palabras, la primera de las dos fue creada en plena Guerra Civil y promulgada por el entonces ministro de Interior, Ramón Serrano Suñer. Aquella Ley imponía un férreo control sobre los medios escritos así como la colaboración de la prensa con el Movimiento Nacional por medio de consignas. Entonces el gobierno controlaba el número y extensión de las publicaciones, designaba el personal editorial y creyó el Registro Oficial de Periodistas o el ministerio de Información y Turismo (1951), encargados respectivamente de comprobar la moralidad de los periodistas y de controlar la prensa, la censura y la radio. La Ley establecía una censura dicha “previa”: cada artículo que desprestigiaba la Nación era castigado en función del delito cometido (supresión de un cierto número de páginas, suspensión del periódico, etc.), antes de su publicación.

·         Ley de Prensa e Imprenta de 1966 o Ley Fraga

Tras una fuerte oposición en cuanto a las reglas demasiadas estrictas, otra ley, “más moderna”, fue adoptada. Con el gran desarrollismo de la época, la opinión española adoptó una visión cada vez más crítica hacia el sistema. Por esa razón, se modificó la ley relativa a la prensa de manera a demostrar una adaptación con la nueva sociedad. Manuel Fraga Iribarne, el entonces ministro de Información y Turismo, inició el proyecto. La novedad primordial de tal ley residió en la abolición de la censura previa y de las consignas a favor de un sistema de autocensura de los órganos por medio del refuerzo de la responsabilidad civil y penal de los redactores. Pero, por supuesto, las críticas abiertas al régimen todavía eran prohibidas. A partir de 1966, si uno publicaba un artículo contrario a las normas periodísticas, tenía que pagar multas o veía su publicación suspendida. En cuanto a otras novedades, cabe mencionar la creación del Instituto Oficial del Periodista encargado de regular el acceso a la profesión a través de la comprobación de la ética y de la fidelidad del candidato al régimen; o la posibilidad de nombrar libremente a un director a la cabeza de un periódico.

A pesar de reivindicar mayores diferencias con la previa ley, al final no se daba la libertad de prensa. Todavía no se podía publicar o aún hacer alusión a opiniones opuestas  al poder. Sin embargo, gracias a la Ley de 1966 aumentó la posibilidad de expresarse para la oposición.

 

3.     Breve descripción del paisaje periodístico durante el fin del franquismo: Cuatro ejemplos para ilustrar la prensa de la época


Frente a tantas normas, cabe preguntarse qué tipo de revistas o periódicos componían la prensa española en la época. Sin embargo, la censura todavía era muy presente y casi la totalidad de la prensa, a parte de los periódicos franquistas o católicos, sufrió restricciones de páginas, multas o suspensiones. Habrá que esperar la muerte de Franco para una prensa aún más liberada. En esta parte, vamos a presentar cuatro periódicos de ideología diversa , publicados legalmente o no, durante el periodo 1966-1975.

·         Periódico que desempeñó un papel durante la Transición: Cambio 16

Cambio 16 es probablemente la revista que más desempeñó un papel durante el fin del régimen de Franco y la Transición. Además de su verdadero deseo de invitar a los españoles a tener un debate sobre la situación, el semanario también innovó con su estilo muy moderno. La revista fue editada por el Grupo 16 en 1971 y su primer editor fue Juan Tomás de Salas. Al principio, Cambio 16 quería abordar temas socioeconómicos pero muy temprano se convirtió en la gran revista política de la Transición. La revista deseaba adoptar un tono periodístico muy singular y se inspiró del estilo anglosajón (The Economist,…). Los temas principales en Cambio 16 eran los siguientes: crítica de la política económica; incitación a adoptar los procesos electorales de las democracias europeas; petición por la amnistía para los presos de la Guerra Civil; etc. Salas quería que su revista se convirtiera en “el campo de batalla contra la dictadura”. Sin embargo, Cambio 16  no sufrió tantas suspensiones o multas como otras revistas; pero sí tuvo problemas al nombrarle “Cambio”, que daba lugar a demasiadas interpretaciones. Por esa razón, decidieron añadir el número 16, correspondiente a los dieciséis fundadores. Cambio 16 conoció un éxito rápido y se convirtió en un fenómeno periodístico singular hasta alcanzar tiradas de medio millón de ejemplares. Otra diferencia con demás revistas aparentemente similares es el tono periodístico combativo, pero no agresivo, más amable y diplomático. Era un periodismo moderno que intentaba informar sobre la actualidad española como si los periodistas fueran extranjeros de manera a separar mejor la opinión de la información; total un periodismo más profesional posible basado en artículos divertidos, claros y concisos.

 

 

 

·         Periódico antifranquista: El Papus- crítica virulenta y humor sarcástico

El Papus fue una revista satírica y humorística semanal publicada entre 1973 y 1986, creada por Xavier de Echarri. La revista muy a menudo coqueteó con e infringió la censura de Franco. Sufrió multas, suspensiones y aún un ataque terrorista durante su existencia. El semanario hacía prueba de un humor muy novedoso y duro, alimentado por dibujos amargos e informales, textos heterogéneos y un tono directo y valiente. El Papus tomó una posición claramente antifranquista, prodemocrática e intransigente con la extrema derecha, que criticaba sin descanso. Los sectores más progresistas constituían su público. Cada publicación abordaba un tema desde diferentes puntos de vista. Al principio, se trataba esencialmente de temas de sociedad como los jóvenes o el consumo, pero con el tiempo el hebdomadario escogió problemáticas más concretas y sobre todo más políticas, que trató de manera virulenta hasta ser calificado de periódico “radical”. Sin embargo, cabe mencionar que a pesar de su crítica hacia el régimen, El Papus, que siempre echaba leña al fuego, tampoco facilitó las cosas para las autoridades democráticas durante la Transición, que intentaban encontrar un consenso.

 

 

 

 

        

 
 
Periódico pro franquista: ¡Arriba!

El periódico ¡Arriba! fue creado por Fermín Izurdiaga en 1936, en plena Guerra Civil. Era de ideología franquista y representaba el órgano periodístico de la Falange y del Movimiento Nacional; entonces tenía que ser el divulgador del nacionalsindicalismo de la época. Su nombre fue inspirado del lema falangista ¡Arriba España! En la primera publicación del periódico se podía leer las siguientes frases que dejaban ningunas dudas en cuanto a su orientación política: “¡Camarada! Tienes obligación de perseguir al judaísmo, a la masonería, al marxismo y al separatismo. Destruye y quema sus periódicos, sus libros, sus revistas, sus propagandas. ¡Camarada! ¡Por Dios y por la Patria!”. Después de la Guerra y a lo largo de la dictadura de Franco, el diario seguía siendo el portavoz de las consignas falangistas y del gobierno. Sin embargo, al principio de la década de los años setenta y con la evolución de la situación española, el diario perdía cada vez más lectores lo que resultó en malos ingresos económicos. Fue cerrado en junio de 1979 por el gobierno de Adolfo Suárez.

 

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Periódico censurado: El Socialista, un ejemplo entre otros

En la prensa censurada por el franquismo y publicada ilegalmente destacaron los periódicos oficiales de los partidos políticos cuya ideología estaba totalmente opuesta al régimen de Franco. La publicación de tal prensa era castigada muy severamente. Como ejemplo de estos, cabe citar El Socialista creado en 1886 por Pablo Iglesias. Era (y todavía es) el órgano de expresión del partido político PSOE. Por el hecho de preconizar ideologías de izquierda, la revista no fue autorizada en la España de Franco. El periódico tuvo que ser publicado en Francia para evitar problemas y era introducido clandestinamente en España. El Socialista hizo su reaparición cada semana en España durante la Transición en 1977.


 

Los boletines publicados por ETA o por las comisiones obreras, los folletos estudiantiles o el Mundo Obrero (órgano de prensa del Partido Comunista) también formaron parte de la prensa ilegal a lo largo de la dictadura y tuvieron que contar con el contrabando para su difusión.

 

4.     Conclusión: la prensa, un parlamento de papel

En conclusión, aunque la represión de Franco prohibía muchas libertades, a partir de 1966 la prensa española logró reflejar las diversas opiniones de los ciudadanos, fomentar el debate entre la gente así como animarla a reclamar una democracia, o bien por publicar textos obsoletos como en ¡Arriba!, o bien al incitar el lector a tener su propia reflexión, como en Cambio 16. Después la muerte de Franco, los periódicos se convirtieron en el lugar donde los aspectos políticos más controvertidos fueron debatidos, otra prueba de la fuerte influencia de la prensa en aquella época. Entonces, la prensa se había transformado, según la expresión, en un parlamento de papel.

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